Equipos que funcionan empiezan con personas motivadas
Durante años he visto cómo empresas pierden talento por no cuidar lo básico. La motivación no es un extra, es la base. Trabajamos con equipos financieros para que cada persona entienda su valor real en los resultados del grupo.
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Cómo llegamos hasta aquí
Empezamos con una pregunta simple que nadie hacía: ¿por qué los mejores profesionales dejan departamentos financieros aparentemente exitosos?
La idea inicial
Después de trabajar en banca corporativa, noté algo preocupante. Los analistas más brillantes se iban a los seis meses. No por dinero, sino porque nadie valoraba su trabajo más allá de los números. Ahí empezó todo.
Primeros programas piloto
Desarrollamos metodologías con tres empresas de Zaragoza. Probamos dinámicas de reconocimiento, sistemas de feedback continuo y espacios para que la gente hablara sin miedo. Los resultados nos sorprendieron tanto como a ellos.
Expansión regional
Más de 40 equipos financieros en Aragón usaban nuestros sistemas. Aprendimos que cada empresa necesita su propio enfoque, pero todas comparten el mismo problema: la falta de conexión real entre personas que pasan ocho horas juntas.
Nuevos programas intensivos
Este año lanzamos formaciones que combinan finanzas con psicología organizacional. Porque entender balances está bien, pero entender personas es mejor para los resultados a largo plazo.
Retención mejorada
Los equipos que trabajan con nosotros suelen ver menos rotación. La gente se queda cuando siente que su opinión cuenta, no solo sus hojas de cálculo.
Comunicación directa
Creamos espacios donde un junior puede cuestionar a un director sin consecuencias. Eso cambia todo. Las mejores ideas vienen de sitios inesperados.
Productividad sostenible
No buscamos que trabajen más horas, sino que las horas trabajadas tengan sentido. Un equipo descansado rinde mejor que uno quemado, aunque algunos jefes aún no se lo crean.
Caso real: departamento de tesorería
Una empresa de logística en Zaragoza tenía problemas serios. Su equipo de tesorería funcionaba técnicamente bien, pero el ambiente era tóxico. La rotación alcanzaba el 60% anual.
Situación inicial
Siete personas gestionaban flujos de caja importantes, pero apenas se hablaban. Cada uno hacía su parte, nadie pedía ayuda, y los errores se ocultaban hasta que explotaban. El director de finanzas estaba desesperado.
Lo que hicimos
Empezamos con sesiones semanales de 90 minutos donde trabajamos reconocimiento mutuo y feedback constructivo. Nada de teoría abstracta, solo casos reales del día a día. También rediseñamos cómo medían el rendimiento individual.
Resultados observados
Después de ocho meses, solo una persona dejó el equipo, y fue por motivos familiares. Los demás reportaron mejor ambiente, menos estrés y, curiosamente, detectaban errores más rápido porque compartían información abiertamente.
Historias de cambio real
Estas personas pasaron por nuestros programas y ahora lideran equipos de forma diferente. Sus experiencias hablan mejor que cualquier promesa.

Evaristo Moncada
Controller financiero
Dirigía un equipo de nueve personas que cumplían objetivos pero odiaban el trabajo. Aprendí que escuchar no es perder autoridad. Ahora las reuniones son más cortas y más útiles, y la gente propone ideas sin que tenga que pedirlas.

Constanza Villarroel
Analista senior
Estaba a punto de dejar las finanzas después de cinco años. Me sentía invisible. El programa me ayudó a expresar lo que necesitaba sin sonar quejica. También aprendí que mis compañeros sentían lo mismo, solo que nadie lo decía.
¿Tu equipo necesita un cambio real?
No vendemos soluciones mágicas ni transformaciones instantáneas. Trabajamos con equipos que están dispuestos a probar cosas nuevas y aceptar que mejorar lleva tiempo. Si eso te suena bien, hablemos.